Prisionero de su destino
Su primer encierro fue en el Convento de la Santa Cruz, donde el residia como cuartel militar. A los 2 dias decidieron que era tonta la idea de encerrarlo en el lugar donde se les escapó, por lo cual decidieron encerrarlo en el Convento de Teresitas durante otros dos dias, donde enfermó de Disenteria, razon por la cual fue llevado con las Monjas Capuchinas que tratarian la enfermedad y mantendrian el encierro de Maximiliano. Durante su estancia en la prisión fue visitado por ciertas personalidades, entre ellas la Princesa Ines Leclerc de Salm Salm, un hombre masón que venia a entrevistarlo, generales del ejercito liberal y sus abogados. Finalmente el 15 de Junio se presento el juicio en el Teatro Iturbide, hoy llamado el Teatro de la Republica. Juzgados como Invasor a la Patria (Maximiliano) y Traidores a la Nación (Miramón y Mejía)
Teatro Iturbide: Angela Peralta Esquina con Juarez |
El Fusilamiento
Maximiliano se levantó a las 5am para tomar su ultimo desayuno. En total serenidad, tomó su atendo que usaria para el fusilamiento y partieron al Cerro de las Campanas, donde habrian de ser fusilados. A las 7am mas de 22,000 soldados liberales hacian guardia en el cerro para evitar rezagados que interrumpieran el fusilamiento del emperador. Maximiliano fue colocado en el centro, Miramón a la izquierda de maximiliano y Mejia a la derecha. En ese instante, comenzado el fusilamiento, Maximiliano abraza a cada uno de sus generales. A Mejía le abraza y le dice: "General, lo que no puedo pagarle en esta vida, le prometo que Dios se lo pagará en el paraíso" y a Miramón y le dice: "General, jovenes honrados y valientes merecen morir en el lugar de honor" y se cambian de lugar dejando a Miramón en el centro. Posteriormente Maximiliano toma de sus bolsillos monedas recien acuñadas de 20 Pesos, que les obsequió a cada uno de los miembros del pelotón y les dijo: "Caballeros, los disparos se hacen del pecho hacia abajo" para evitar cualquier desperfecto en el rostro y los cadáveres fueran reconocibles. Finalmente cada quien dio sus ultimas palabras, siendo Mejía el unico que solo se limitó a rezar
Miramón: "Mexicanos, en el consejo de guerra pasado, tratarón de salvar mi vida. Pronto a perderla, protesto por el cargo que se nos ha adjudicado, esperando que mis compatriotas retiren esta horrible mancha de nuestros nombre. No quiero que se recuerde a mis hijos por esta razón y muero inocente de crimen tan atroz, pidiendole a Dios que perdone mis pecados. ¡Viva México!"
Maximiliano: "Mexicanos, hoy voy a morir por una causa justa, la independencia y libertad de este país. Que mi sangre selle las desgracias de mi nueva patria, haciendose justicia a mi nombre. Pido que sea la ultima vez, que se derrame la sangre de un mexicano, por la libertad de mi nuevo hogar. ¡Viva México!
Maximiliano, Mejía y Miramón |
En el presente video podremos apreciar de una forma mas grafica el fin del imperio, una representación sobre los últimos minutos de 3 grandes hombres de la historia mexicana.
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